Lo primero que debe saber es que, al menos una vez a la semana, incluso en invierno, debe encender el aire acondicionado durante un par de minutos para que el aceite circule en el compresor y mantenga lubricado el equipo.
Si durante el invierno no se ha utilizado el vehículo, deberá ponerlo en funcionamiento lentamente, ya que tanto tiempo de inactividad puede hacer que las juntas de unión de las tuberías y los componentes se resequen.
Con la llegada del verano, recuerde comprobar el nivel de aceite del compresor y el estado de éste, realizar una limpieza exterior del radiador y del condensador con aire a presión y comprobar la carga de gas. Además, las fijaciones de los conductos deben verificarse cada 20.000 kilómetros.