Estamos en otoño y ya empiezan a caer las primeras lluvias fuertes al tiempo que baja poco a poco la temperatura en todo el país y te preguntarás, ¿están preparados mis neumáticos para estas condiciones? ¿debo de montar neumáticos de invierno?
Para conocer la respuesta es necesario conocer cuáles son los beneficios de los neumáticos de invierno y cómo funcionan cuando se enfrentan a condiciones adversas.
Neumático de invierno: más seguridad con frío y nieve
El neumático de invierno, que se recomienda montar de octubre a marzo, se diferencia respecto al de verano en que su estructura está creada para soportar bajas temperaturas y responder de manera efectiva, mientras que uno de verano, por debajo de los 7 grados se endurece y pierde adherencia.
Además, la banda de rodadura de estos neumáticos está preparada para combatir las heladas y la nieve gracias a unas finas laminillas que proporcionan mayor agarre en suelos mojados y nevados, permitiendo en algunos casos sustituir a las cadenas.
Beneficios neumáticos de invierno con lluvia
Cuando llueve, el neumático usa los surcos o canales de su banda de rodadura para evacuar el agua. En el caso de que el volumen de lluvia supere la capacidad de estos canales, algo que ocurre a mayor velocidad, se produce el efecto llamado “aquaplaning” o lo que es lo mismo, la pérdida del control sobre el coche al patinar los neumáticos.
Por lo tanto, cuanto mayor es la profundidad de estos surcos, mejor es la evacuación del agua y en consecuencia, el agarre en circunstancias de lluvias fuertes. Si a este hecho se une la posibilidad de que el agua recibida se convierta en hielo, es donde se refuerza la seguridad en el caso de los neumáticos de invierno, ya que sus surcos son mayores.
Estas prestaciones tienen una consecuencia directa en la distancia de frenado:
- Con lluvia, los neumáticos de invierno reducen en 6 metros la distancia de frenado respecto a unos de verano.
- Con nieve, la distancia se disminuye en 31 metros.
Para aprovechar los beneficios de los neumáticos de invierno, se recomienda montarlos de octubre a marzo ya que proporciona mayor seguridad a bajas temperaturas, si por el contrario las temperaturas son elevadas y la lluvia es escasa o inexistente, un neumático de invierno tiene menor adherencia sobre suelos secos que uno de verano.
Por estas razones, desde BestDrive recomendamos el cambio de neumáticos de verano por unos de invierno en otoño e invierno para aumentar la seguridad, evitar posibles accidentes y disfrutar sus beneficios al completo.
Aclaramos que no es necesario desechar los neumáticos de verano si están en perfecto estado, en cuyo caso se pueden guardar de cara al próximo año, ya que en el mes de abril las lluvias y heladas cesan y las prestaciones de invierno ya no son necesarias.
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